Escasez de chips y tarjetas bancarias.
Para que una tarjeta bancaria pueda funcionar es necesario integrar en estos plásticos el chip EMV, este es un chip de circuito que se integra y con este se realizan diferentes transacciones.
El chip EMV se utiliza para miles de millones de tarjetas, las tarjetas que cuentan con este chip en lugar de alojar la información en una banda magnética, aloja en el chip los datos necesarios para procesar una transacción.
La actual crisis relacionada con la producción de chips puede hacer que se presenten dificultades en la emisión de tarjetas bancarias.
De acuerdo a una encuesta realizada por ABI Research, se estima que 740 millones de tarjetas bancarias no se podrán emitir en 2022.
Necesidad de tarjetas bancarias.
Los principales afectados son aquellas personas cuyas tarjetas vencen este 2022, quienes requieren un reemplazo de plástico porque perdió o fue robada su tarjeta y aquellos clientes que solicitan su primera tarjeta bancaria.
Según la SPA (Asociación de Pagos Inteligentes), en las tiendas físicas el 90% de los pagos se realizan con tarjetas de crédito y los pagos en comercios online o compras por internet se estima que del 40 al 60% está asociado a una tarjeta bancaria.
Si no se atiende la necesidad de emitir tarjetas bancarias se puede afectar la economía mundial. ¿Cómo se realizarán los pagos de compras o se podrá retirar efectivo?
Desarrollo de tecnología.
La crisis a la que el sector bancario se está enfrentando se puede tomar como una oportunidad para acelerar la transformación digital en el sector. Gabriela Giannattasio, vicepresidenta de EMEA de Veritran, una empresa líder a nivel global en desarrollo FLowCode, comenta que “esta situación puede ser una oportunidad para el sistema financiero y se puede impulsar la digitalización de pagos, intensificando la tendencia existente a raíz de la pandemia”.
Los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos a las circunstancias y hoy es más importante, pues hemos tenido que tomar medidas necesarias por la crisis climática que estamos enfrentando.
La fabricación y acumulación de plástico es una de las amenazas que mayor impacto generan en el medio ambiente.
Esta crisis se puede aprovechar con el propósito de diseñar nuevos métodos de pago y adopción de los mismos, uno de ellos que ya logramos ver en el mercado es el pago a través de teléfonos inteligentes.
Estos métodos de pago también permiten a las instituciones bancarias reducir sus costos y el impacto que la producción y mantenimiento de 3,000 millones de tarjetas de pago en todo el mundo causan año con año.
Se estima que para 2030 los pagos electrónicos se tripliquen en todo el mundo.
Es necesario aprovechar estas crisis para seguir evolucionando y llegar a soluciones que beneficien principalmente al medio ambiente para hacer frente a la crisis climática y seguir con nuestras actividades, de alguna manera es necesario seguir reactivando la economía.
Si las transacciones no se realizan la economía mundial y PIB se ve directamente afectado.